Atención plena en tus comidas diarias

Tema elegido: Incorporar la atención plena en las comidas diarias. Te invitamos a saborear el presente, transformar tus hábitos y convertir cada bocado en un acto de cuidado. Comparte tu experiencia y suscríbete para recibir nuevas prácticas conscientes cada semana.

Principios esenciales del comer consciente

Respirar antes del primer bocado

Haz una pausa de tres respiraciones profundas para activar el sistema parasimpático, reducir el impulso automático y preparar el paladar. Dilo en voz baja: estoy aquí. Cuéntanos si esta pausa cambió el ritmo de tu comida.

Escuchar las señales de hambre y saciedad

Usa una escala del 1 al 10 para notar hambre y plenitud. Empieza a comer alrededor de 3 o 4, termina cerca de 6 o 7. Observa sensaciones, no reglas. ¿Te animas a registrar tus hallazgos durante una semana?

Una sola cosa a la vez

Apaga pantallas, cierra correos y ofrece tu atención al plato. Comer y solo comer mejora la percepción de sabor y la satisfacción. Comparte en comentarios un pequeño cambio que te ayudó a reducir distracciones.

La ciencia detrás de un bocado presente

Comer con calma activa el modo descanso y digestión, favoreciendo la secreción salival y gástrica. Menos prisa, mejor absorción y saciedad más clara. ¿Has notado diferencias cuando te das tiempo para masticar y respirar?

Rutinas conscientes para cada comida del día

Desayuno con propósito en cinco minutos

Sirve tu bebida, huele primero, identifica tres notas aromáticas y da el primer sorbo sin multitarea. Observa temperatura y textura. Pregunta abierta: ¿qué cambió cuando no miraste el teléfono durante el primer bocado?

Almuerzo sin pantallas

Reserva quince minutos libres de notificaciones. Entre bocados, deja utensilios, respira y evalúa saciedad. Un simple silencio mejora la claridad mental para la tarde. Comparte tu truco para proteger este espacio en la agenda.

Cena de aterrizaje

Crea un pequeño ritual: vela, canción suave o gratitud. Disminuir el ritmo señala cierre del día y ayuda a dormir mejor. ¿Qué ritual sumarás hoy para recordar que la cena también puede ser descanso?

Historias que alimentan: anécdotas de atención plena

01

La manzana del mercado

Una lectora decidió comer una manzana caminando más despacio, notando crujido y dulzor. Descubrió que media pieza bastaba. Guardó el resto sin culpa. ¿Qué descubriste tú al comer con curiosidad infantil?
02

Pausa en el transporte

Un lector dejó de picar en el autobús. Esperó llegar, se sirvió un tazón y lo disfrutó sin prisa. Terminó satisfecho con menos. ¿Te animas a cambiar el lugar de tus snacks por una mesa tranquila?
03

Sopa con memoria

Una abuela enseñó a oler la sopa antes de probarla. Era su manera de decir: aquí estamos. Ese gesto se volvió ritual familiar. ¿Qué tradición te recuerda volver al cuerpo antes de comer?

Ejercicios prácticos para entrenar la atención al comer

Deja el utensilio, inhala, exhala, repite tres veces. Observa si el siguiente bocado es realmente necesario. Este espacio abre un sí consciente o un no agradecido. ¿Qué notaste al aplicarlo hoy?

Ejercicios prácticos para entrenar la atención al comer

Antes de comer, puntúa tu hambre; a la mitad, vuelve a puntuar. Ajusta el tamaño de la porción en función de tus señales. Comparte tu escala ideal para inspirar a quienes comienzan.
Colores que nutren la mirada
Elige tres colores por plato. La variedad visual suele acompañar diversidad nutricional y placer. ¿Qué paleta te hace sonreír hoy? Publica una foto y cuéntanos por qué la elegiste.
Sonidos que anuncian sabor
Escucha el chisporroteo, el hervor suave, el crujir del pan. Estos sonidos guían tiempos de cocción y preparan el paladar. ¿Qué sonido te avisa que llegó el punto justo?
Texturas que cuentan historias
Combina cremoso con crocante, tibio con fresco. La textura dirige el ritmo de masticación y la saciedad. ¿Cuál fue tu mejor dúo de texturas esta semana? Comparte la receta para inspirarnos.

Obstáculos habituales y cómo volver con amabilidad

Cuando notes tensión, prueba una pausa breve: mano en el abdomen, tres respiraciones, un vaso de agua. Decide después. Si eliges comer, hazlo presente. ¿Qué señal de estrés identificas primero en tu cuerpo?

Obstáculos habituales y cómo volver con amabilidad

Si hay pantallas o reuniones, elige un pequeño ancla: utensilio abajo entre bocados o un sorbo consciente. No todo o nada; un gesto basta. ¿Cuál será tu ancla esta semana?
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